Cómo aprender a conducir un coche

Son muchas las personas que con el carné recién obtenido no se sienten con la seguridad suficiente como para poder conducir un coche. Cierta inseguridad es positiva en el sentido de que nos hará circular con más precaución, pero en determinados niveles puede llevar a provocar maniobras peligrosas o incluso que el conductor llegue a padecer amaxofobia o miedo a conducir. La posibilidad de que estas situaciones aparezcan disminuye si tenemos conocimientos de una serie de cuestiones básicas acerca del coche y la conducción.

Pues bien, para aprender a conducir un coche es clave que tengamos un mínimo conocimiento de su funcionamiento. El tema de las velocidades con las que tenemos que jugar a la hora de conducir es muy importante. Cuanto más baja sea la marcha que usamos, más potencia tendrá el motor; pero a medida que coge velocidad el automóvil, deberemos ir aumentando la marcha, ya que el vehículo necesitará menos potencia para avanzar.

También en relación con las marchas del coche, tenemos que saber que no siempre debemos arrancar el primera. Así, por ejemplo, si estamos cuesta abajo, al soltar el freno el automóvil ya comenzará a avanzar y bastará con comenzar en segunda. Por otra parte, si la calzada está resbaladiza por la circunstancia que sea, siempre conviene ir en las marchas más altas que podamos, ya que así las ruedas ejercen menos presión y hay menos posibilidades de que el coche derrape.

Los conductores noveles suelen forzar mucho el motor hasta que pasan a una marcha más alta. Sin embargo, debemos saber que a 50 kilómetros por hora ya se puede circular en la velocidad más alta, en quinta, con total normalidad. Hay que acostumbrarse a escuchar el ruido que emite el motor; si va muy forzado, nos irá indicando que ya necesita una marcha más alta. Por el contrario, si parece que se va a parar, es que la marcha es demasiado alta y deberemos reducir.

La posición de los brazos sobre el volante también es otra cuestión básica a la hora de aprender a conducir un coche. Si no lo hacemos bien, corremos el riesgo de acabar con los brazos cruzados en una curva muy cerrada. Así, en giros pronunciados, debemos mantener las manos como las manillas de un reloj marcando las 10 y 10 y hacer que sea el volante el único que gire, deslizándose entre nuestras manos. Lee este artículo si quieres saber otras cuestiones acerca de cómo sentarte en el coche.

Saber cómo tomar una curva desde el punto de vista de la velocidad también es muy importante. Tanto si el giro es suave como si se trata de una curva muy pronunciada, debemos seguir este principio: entrar con velocidad reducida hasta la mitad de la curva y comenzar a acelerar cuando ya comencemos a salir de ella. Siempre tenemos que mantenernos en nuestro carril y a una velocidad en la que podamos controlar el coche, más vale ir demasiado lento al principio que no tener que frenar del todo de repente porque no controlamos el coche.

Otra cuestión que debemos tener en cuenta al aprender a conducir un coche es el freno motor. No siempre deberemos usar el pedal de freno para reducir la velocidad del coche. Bajando de marcha, el coche también frenará, eso sí, debemos hacerlo de forma paulatina ya que a determinada velocidad el automóvil no admitirá marchas muy bajas.

Conocer en detalle nuestro automóvil nos ayudará a controlarlo y, así, a conducirlo con más seguridad. Léete bien el manual del automóvil para saber dónde están todas las luces, el claxon, cómo accionar el agua, qué tipo de combustible usa, cómo abrir el capó, etc.

En todo proceso de aprendizaje es básico no quedarse con ninguna duda. Si vas a una autoescuela, haz todas las preguntas que tengas, aunque te parezcan muy obvias. Te recomendamos, además, que entres en este enlace en el que encontrarás muchos artículos acerca de cuestiones relativas a cómo conducir un coche.

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