Cómo colocar los espejos retrovisores
Una buena visibilidad delantera, trasera y lateral te permitirá circular más seguro y reaccionar de forma óptima ante un imprevisto. Una buena colocación de los espejos retrovisores y de la carga que puedas llevar en el maletero son factores básicos para que puedas tener controlado tu entorno, pero lo más importante es que con la vista consultes con frecuencia todos los espejos.
Para aportar nuestro granito de arena a tu seguridad a bordo de un coche, en unComo.com te ofrecemos unos consejos acerca de cómo colocar los espejos retrovisores.
Pasos a seguir:
Los espejos retrovisores con los que cuentan la mayoría de los coches son el izquierdo, en la puerta del conductor; el derecho, que se sitúa por la zona exterior del acompañante; y el interior central, que está situado en la zona media del habitáculo, en la parte más alta.
Los mandos automáticos permiten que el conductor pueda manejar el movimiento de estos espejos sin moverse de su asiento pero es una operación que siempre se debe hacer antes de iniciar la marcha.
Antes de nada, incidir que en algunos modelos de coches los espejos retrovisores se manejan directamente con la mano pero otros funcionan a través de un mando junto al volante. Consulta el manual de tu automóvil para saber cuál es tu caso ya que puedes estropearlos si los intentas manipular con la mano siendo automáticos.
Comenzamos explicando cómo se coloca el espejo retrovisor que está en el lado del conductor. Es muy importante porque si lo consultamos con frecuencia reduciremos la posibilidad de dejar de ver un vehículo que entra en nuestro punto muerto.
Una vez que estés bien sentado al volante, mira al espejo en cuestión. Lo que tienes que ver es una mínima parte de tu carrocería y el resto, la carretera. Mueve tu espejo hasta conseguirlo.
A continuación, deberás colocar correctamente el espejo retrovisor que está del lado del acompañante. Aunque hace unos años no era tan común, en la actualidad es raro ver un coche que no lo tenga, aunque en principio no es obligatorio.
Si debes moverlo a mano, necesitarás la ayuda de una persona para que lo manipule mientras tú compruebas desde el puesto del conductor que ves una pequeña parte de la carrocería del coche y, el resto, la carretera.
Finalmente, toca colocar el espejo retrovisor interior central. La carga que lleves en el maletero nunca debe superar la línea de los asientos, de modo que no sea un impedimento para la visibilidad.
Muévelo hasta que consigas ver a través de este espejo la totalidad de la luna trasera de tu automóvil simplemente con mover los ojos, sin necesidad de tener que girar la cabeza.
Técnicamente, los espejos retrovisores deben ofrecerte la siguientes capacidades de visión:
- Derecho: 20 metros por detrás y una anchura de 4 metros.
- Izquierdo: 10 metros hacia atrás con una anchura de 2,5 metros.
- Interior: 60 metros hacia atrás y 20 metros de ancho.
Si llevas bien colocados los tres espejos retrovisores y los consultas permanentemente durante la marcha, circularás mucho más seguro ya que si tienes que hacer una maniobra brusca sabrás en todo momento si el coche que te sigue está alejado y puedes frenar con tranquilidad, si puedes pasarte al carril izquierdo porque ningún coche lo está ocupando, etcétera.
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